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Los corregimientos de: Los Andes, Pichindé, La Leonera, Felidia, El Saladito y La Elvira, con gratos paisajes le invitan a dejarse antojar de la oferta gastronómica, artesanal, paisajística y la atención de la gente que vive allí.


Se puede iniciar el recorrido, tomando la vía a Cristo Rey, acercándose a 30 empresas vinculadas al proceso de oferta turística rural, de vocación forestal en una zona de reserva alternativa, avalada por la Secretaría de Cultura y Turismo de Cali, cumpliendo las normas ambientales, criterios, capacitación permanente, organización, que permite a la comunidad tener un proceso fluido en 92 predios.


Puedes visitar la Casa Arboleda, allí te recibe Lucía una arquitecta de la vida en búsqueda del camino espiritual de conciencia,. Princesa, Choco y Nico (3 caninos amigables). Aquí se brinda: terapia integral, armonización bajo el mango ceremonial; llamado el árbol de la luna, rodeado de flores y pájaros.


María, quien en compañía de Alejandro, les atienden en Andoke ¡Un paraíso que debes visitar!...un mundo de mariposas a cielo abierto, acompañado del mapa tridimensional de Colombia; allí se enamora más de la geografía de nuestro país. Jardines verticales y acuáticos, vivero y muro de escalada, artesanías elaboradas con alas de mariposa.


Pasando el río Pichindé te encuentras con las mujeres tejedoras de sueños, quienes ofrecen artesanías propias de la región, les esperan los sábados y domingos en la caseta comunal de este corregimiento.


A mil 800 metros sobre el nivel del mar está Kantú; una reserva ecológica con bellos paisajes, senderos, hospedaje y mirador de donde se puede observar la cordillera central y algunos nevados como lo contaron. Kantú está dentro de un bosque húmedo tropical que pocos quedan en el mundo y desde las comunidades anfitrionas del sector promueven y aplican la preservación del medio ambiente.


En La Leonera es inevitable llegar hasta la finca, de Thomás Muñoz, conocida con el nombre de “Yonde Bichacuét Yat”, palabra nasa que significa santuario para aves, cuyo atractivo es la cantidad de leyendas que se dan a conocer por parte de los anfitriones. Ahí encontramos una gama de duendes, por lo que los turistas no salen del lugar hasta conocer el porqué de cada uno de ellos.

Arturo, el bohemio puro; Clemente el duende Durmiente; Melchor el gran perfecto; Floravante, el duende pensante; Nicanor el duende Cantor, entre otros, hacen parte de la larga lista de figuras elaboradas en arcilla y que decoran el misterioso lugar, que para conocerlo hay que recorrer el pequeño pero llamativo sendero, mientras le cuentan las historias de cada uno de ellos, teniendo como fondo el ruido de las vertientes de agua que recorren los rincones de la finca.


En Felidia está “Villa Ceci”, una finca con capacidad para albergar 50 personas con todas las atenciones y un atractivo sendero ecológico que obliga a los asistentes a pegarse la “caminadita” para después disfrutar de un buen plato de comida.


Rumbo a La Elvira y adentrándose al kilómetro 18 en la vía al mar está Alejandría, inmersa en bosque de niebla, una cálida cabaña, con chimenea, amplio mirador, el rincón de las hadas, avistamiento de aves; más de 10 especies llegan por día, donde el colibrí es el rey; decenas de ellos conviven con visitantes y la mejor época para apreciarles es entre septiembre y marzo. También pueden apreciar a cierta hora el quetzal; única especie por estos lares.

Raúl; un argentino y su compañera Elsa; con su mágica atención convocan a regresar y ofrecen además de su hospitalidad, deliciosas empanadas argentinas y la parrillada especial con precios económicos en un hermoso lugar.

 

Zuly Anacona Peña